Rafael Correa, ex presidente del Ecuador, estuvo en el noticiero Un Café con J.J. dialogando acerca de la indemnización de casi 375 millones de dólares que el estado ecuatoriano debe pagarle a la petrolera Perenco, luego del fallo del Ciadi a favor de la multinacional.
Aclaró que los contratos de participación, como el que había firmado aquella compañía en los 90, eran nocivos para el país, pues solo recibía $5 por barril explotado sin importar que el precio subiera. En el gobierno de Alfredo Palacio, con la aprobación de la Ley 42, el 50% de las ganancias extraordinarias debían ser entregadas al estado como legítimo dueño del recurso natural; cuando Correa llegó al poder, ese porcentaje subió al 99%.
A partir de ahí, se negoció un nuevo tipo de contrato por prestación de servicios. Así, las petroleras empezaron a recibir un pago que cubre la explotación, los costos y las utilidades, por ejemplo, $15 por barril, y el resto de las ganancias va a las arcas fiscales.
Perenco rechazó la nueva modalidad y “dejó botados” los campos 7 y 21 por lo que, a criterio del economista, ellos deberían ser los demandados. “Perdimos el caso porque todo está a favor de las multinacionales. Tan vendidos son estos tribunales, que con Hurlington el tribunal reconoce que la Ley 42 no era expropiatoria y con Perenco dice que sí es expropiatoria, las sentencias ni siquiera guardan coincidencia. Perenco se acogió al tratado de protección de inversiones alegando ser una compañía francesa, cuando está domiciliada en Bahamas, no la cubría el tratado”.
Defiende el beneficio que el cambio en la modalidad de contratos de explotación petrolera significó para el país, pues los campos que antes estaban a cargo de Perenco han generado más de 1000 millones de dólares, y la indemnización es menor a 400 millones.
En otros temas, reiteró que el bloque legislativo de la Revolucion Ciudadana mantiene su compromiso de dar gobernabilidad al presidente Lasso, haciendo una oposición democrática, respetuosa, sin buscar la desestabilización ni la violencia, pero representando al 48% de la población que no votó por un proyecto neoliberal.
Lamentó que la eliminación de los subsidios iniciada en el gobierno de Moreno se mantenga actualmente sin bases técnicas. Explicó que “proporcionalmente es mucho más el peso para las familias de menores ingresos. En cambio, los impuestos son proporcionales a los ingresos y por eso a las elites no les gustan los impuestos, pero esa es la fórmula eficaz para redistribuir ingresos”.