Rafael Correa, ex Presidente del Ecuador, ha sido uno de los pocos gobernantes latinoamericanos en regular a los medios de comunicación y el ejercicio del periodismo a través de una ley. Este fue el eje de la conversación con Marco Enríquez en Diálogos de Cambio, programa que se transmite a través de las plataformas digitales del Grupo de Puebla.
A criterio de Correa, hay izquierdas que no enfrentan al poder mediático por miedo a que les digan que están en contra de la libertad de expresión; agregó que criticarlos cuando no cumplen con su deber de informar con la verdad, fortalece la libertad de expresión, no atenta contra ella.
También explicó la complicidad que existe entre los medios y el lawfare o judicialización de la política, que se fundamenta en dos ejes: el poder mediático y el sistema judicial. “Viene un campaña de prensa, asesinan tu reputación, y la gente nunca pide una prueba (…) La prensa sentencia con titulares, y la justicia teme emitir fallos distintos a esos titulares porque los tildarían de corruptos, pues la gente ya está convencida de que hubo delito. Sin linchamiento mediatico, no habria lawfare”.
El ex mandatario puntualizó que la prensa es un poder, y “en democracia todo poder debe tener un contrapoder o regulación social; es decir, una ley para proteger a la sociedad de los abusos de ese poder, pero eso lo llaman censura”, a la vez que lamentó que el gobierno de Guillermo Lasso pretenda reemplazar la Ley de Comunicación vigente por una más permisiva.
Rafael Correa dijo que junto a otros líderes progresistas han iniciado una lucha para que se incluya en la Carta de las Naciones Unidas “la verdad como un derecho humano”.