Rafael Correa habló de la situación que atraviesa tras la orden de un tribunal de la Corte Nacional de Justicia de embargar sus bienes como reparación al estado por la sentencia en el caso Sobornos 2012 – 2016. Lo hizo en el noticiero A Primera Hora de Radio Majestad FM, donde indicó que estamos ante la persecución política más brutal que recuerde la historia contemporánea del país. “En la situación actual no hay esperanza pero estamos apelando, esa sentencia es una cantinflada”.
Señaló que la reactivación de las causas judiciales relacionadas con el 30-S son parte de la persecución, y reflexionó sobre la importancia de una buena prensa para la democracia y el desarrollo.
También habló sobre el riesgo que corren las elecciones, pues a menos de 2 meses de la fecha convocada aún ni siquiera se inicia la impresión de las papeletas ni se han resuelto recursos interpuestos por algunos movimientos y candidatos. Precisó que la fecha de los comicios no se puede cambiar, pues podría significar la anulación de los mismos. En ese contexto, lamentó que “hemos vivido en un estado permanente de inconstitucionalidad, de trampa, de destrucción del estado de derecho”.
En cuanto a la economía nacional, aseguró que estamos ante la peor crisis de la historia del país con una proyección de decrecimiento del 9 al 11%, el doble de lo que decrecimos en 1999. Dijo que el acuerdo con el FMI es vergonzoso y que los grupos de poder han aprovechado la pandemia para imponer un programa neoliberal y sus propias aspiraciones, como por ejemplo, flexibilización laboral y la liberación del precio de los combustibles para privatizar la comercialización.
El ex mandatario se refirió al programa Mil de una, por medio del cual el candidato presidencial de UNES, Adrés Aráuz, propone entregar 1.000 dólares a mil familias en situación de pobreza en su primera semana de gobierno. Correa explicó que mil millones de dólares representan menos del 1% del PIB, y añadió que “es perfectamente factible, deseable, imperativo y es lo que recomienda la ONU, se llaman transferencias directas para reactivar la economía y ayudar a los más pobres”.
El tema de la dolarización también estuvo sobre la mesa. Correa fue firme en señalar que “no es el discurso de Andrés Aráuz lo que pone en riesgo la dolarización, son las políticas nefastas de este gobierno y la campaña sucia de los desesperados que saben que van a perder el 7 de febrero”.