Unos de los pilares de la Revolución Ciudadana han sido el fomento de un salario digno para todos los trabajadores ecuatorianos y el imperativo de vencer la pobreza, por lo que el gobierno nacional introdujo el concepto de salario digno, definido como aquel que le permite a una familia salir de la pobreza con su ingreso familiar.
En Ecuador, en promedio, trabajan 1.6 personas por núcleo familiar, por lo que para calcular el monto que corresponde al salario digno se divide el valor promedio de la canasta básica familiar en dicho número de perceptores del hogar.
La innovación en la fijación salarial implica un cambio estructural en el Estado pues introduce un nuevo principio de justicia entre el capital y el trabajador, mejorando las expectativas de capacidad adquisitiva en el país. Por esa razón, en el 2008, la Asamblea Constituyente aprobó el Mandato Constitucional 8 que estableció que ninguna empresa puede declarar utilidades sino cancela en su totalidad un salario digno a sus empleados. Es decir, para evitar el desempleo pueden pagar el salario mínimo, pero para generar utilidades deben pagar el salario digno.
Esta reforma también contempló la eliminación de la tercerización laboral con la formulación de normas que protegieran a los empleados y sanciones firmes para quienes contrataran personal bajo esa figura.
Pese a las críticas pesimistas de algunos sectores de la oposición respecto a la «crisis de desempleo» que se produciría con el salario digno, desde 2011, superando toda expectativa, los salarios promedio empezaron a subir, y en un hecho histórico, en 2014 el salario digno en Ecuador igualó el salario mínimo y el índice de desempleo se redujo a 4.9%, siendo el más bajo de la década.
En el país, el salario mínimo vital pasó de 170 a 340 dólares en 2014, uno de los más altos de la región, inclusive frente a economías de mayor desarrollo, lo cual ha sido clave para la redistribución del ingreso y la disminución de la desigualdad en el país. A su vez, este año, el ingreso familiar alcanzó los 634 dólares, transitando cada vez más hacia la reducción de la pobreza; entre 2006 y 2013, 1,1 millones de ecuatorianos dejaron de estar en la línea de la pobreza.
Es necesario mencionar que en 2013 no fue posible llegar a un acuerdo entre representantes del sector empresarial privado y gremios de trabajadores, por lo que el Ejecutivo resolvió de forma unilateral el incremento del SBU a 318 dólares.
Algunos de los sectores enormemente beneficiados por las mejoras salariales han sido el del gremio de salud y los educadores; una de las tareas que ha tenido que enfrentar la Revolución Ciudadana es la falta de médicos especialistas debido a los precarios salarios recibidos anteriormente. Ante esta situación, implementó mejoras salariales para los profesionales de la salud, pasando de recibir un salario entre los 855 y 1.590 dólares en 2011 a entre 2.034 y 2.641 dólares más beneficios de ley, alcanzando remuneraciones de hasta 3.900 dólares.
Por su parte, antes de este gobierno, los educadores sobrevivían con salarios mínimos mensuales de 400 dólares en promedio, mientras que actualmente pueden ganar entre 817 y 1.676 dólares.