El jueves 7 de julio, la Universidad de Paris también conocida como La Sorbona, fundada en el siglo XII y reconocida como una de las universidades más importantes del mundo, invitó por segunda ocasión al expresidente del Ecuador Rafael Correa Delgado a dictar una conferencia magistral.
En noviembre del 2013, el presidente Correa también fue invitado por la prestigiosa casa de estudios en calidad de jefe de Estado, en aquella ocasión ante el anfiteatro, repleto de público principalmente de jóvenes estudiantes por el gran interés de su charla, dictó la conferencia “Crisis Europea y el Imperio del Capital. Lecciones desde la Experiencia Latinoamericana”. En la cual compartió las experiencias de las políticas que se aplicaban en su gobierno para superar la grave la crisis financiera, político y social en la que estaba sumido el Ecuador, producto de décadas de neoliberalismo en latinoamericana, que derivó en graves y complejos problemas sociales: pobreza, desempleo, migración, la pérdida de la confianza en las instituciones, etc. Destacó además la incidencia que tuvieron esas políticas en la reducción de la pobreza, la importancia de la inversión pública, la salud y educación pública de calidad, el empleo, etc, y cómo Europa podía aprender de estas experiencias.
En esta segunda invitación el presidente brindó la conferencia “El enigma del desarrollo. Una visión latinoamericana”, tema también de su próximo libro. El propósito de la conferencia no es encontrar las respuestas definitivas, sino convocar y suscitar al debate y a las reflexiones que comprende el análisis del desarrollo, puntualizó el presidente.
«Superar el subdesarrollo debe ser nuestra misión y obseción. 200 años son suficientes«
Rafael Correa
Algunos de los cuestionamientos planteados por el presidente Correa fue por qué las naciones al norte del Río Bravo, frontera entre México y EE. UU, se desarrollaron y las naciones al sur no (Hispanoamérica), si ambas regiones se independizaron con pocos años de diferencia.
Para responder esta interrogante es preciso establecer que la integración es importante y deseable, pero no es determinante para el desarrollo. Lo que se debe propender es la integración integral recalcó el presidente, con mecanismos de coordinación y cooperación entre las naciones. Superando la concepción neoliberal de integración que busca la creación de grandes mercados con consumidores globales y no con ciudadanos del mundo.
Así mismo, el presidente Correa explicó que si se quiere alcanzar el desarrollo no se debe hacer lo que hacen ahora los países desarrollados, sino lo que hicieron estos cuando tenían el mismo nivel de desarrollo relativo que los subdesarrollados tienen ahora, sustentado en que ningún país se ha desarrollado por medio del “Bobo aperturismo”, sino siendo fuertemente proteccionistas y que una vez alcanzado un alto nivel de competitividad se insertaron inteligentemente en el mercado internacional.
De igual forma, las instituciones formales no son por si solo la respuesta al desarrollo, si esto fuera cierto bastaría con copiar dichas instituciones. Igual de importantes son las instituciones informales, el capital social y cultural (el acumulado histórico), explicó el expresidente.
Otro de los factores que explican las diferencias en el desarrollo de los países es la falta de igualdad de condiciones entre los ciudadanos. Esto último, de acuerdo con el presidente Correa deviene de la categoría de colonización, por ejemplo, en el caso de Estados Unidos, que fue colonia inglesa, hubo una imposición de civilización debido a que se instaló en grandes territorios desiertos o donde se aniquiló a la población aborigen, imponiéndose una reproducción matizada de la civilización europea con la repartición de la tierra entre los colonos. Estos últimos se convirtieron en productores independientes con un gran sentido de self reliance (independenciencia, confianza) que generaron a la vez acertadas decisiones de acción colectiva, en función del bien común y el respeto a las reglas de juego.
Por otra parte, en el caso de Latinoamérica la colonización fue básicamente una fusión de civilizaciones, caracterizado por la pésima distribución del ingreso y la riqueza, donde se impusieron jerarquías sociales tremendamente verticales, basado no en meritocracia ni capacidad sino en abolengo, con lo cual la movilidad social es casi nula. Donde las élites latinoamericanas controlan los factores reales de poder, dando lugar a los “Estados aparentes” que no representan el bien común, sino los intereses de quienes los controlan.
«Cuando es subsidio para los pobres es populismo, cuando es subsidio para los ricos son incentivos«
Rafael Correa
Estos factores culturales heredados y estructuras internas son suficientes para mantener el subdesarrollo, señaló el presidente. Por lo cual, la respuesta al enigma del desarrollo no está en la Economía, porque el desarrollo es sobre todo un proceso político y de cambio cultural, que comprende el cambio de las relaciones de poder al interior de nuestras sociedades, concluyó.